El Mercurio – El priorizar las materias ayuda a evitar el estrés por la PSU

El Mercurio – El priorizar las materias ayuda a evitar el estrés por la PSU

A siete semanas de la prueba de acceso a las universidades: 
El priorizar las materias ayuda a evitar el estrés por la PSU 

El rendimiento mejora cuando se reconocen y trabajan los factores que provocan angustia. Realizar actividad física es otra buena herramienta.

AMALIA TORRES

Transpiración de las manos, jaquecas, tensión muscular, sentirse fatigado, comer mucho o no comer nada son algunas de las características del estrés académico.

«Tener mucho sueño o no poder quedarse dormido son otras consecuencias que los estudiantes de cuarto medio ya pueden estar viviendo por la cercanía de la PSU. A ello se le puede sumar dolor de estómago, alteraciones gastrointestinales y del estado del ánimo. Los alumnos pueden tender a explotar y a estar más sensibles». Es la experiencia del sicólogo Fernando Reyes, quien en 2006 realizó, para la Universidad de Las Américas de Concepción, un estudio donde midió las respuestas psicofisiológicas y cognitivas de jóvenes enfrentados al estrés de rendir la PSU.

Más allá de los malestares, el estudio confirmó otros datos clave. «Los jóvenes que logran moderar su estrés tienen un mejor rendimiento en la PSU. Esto ocurre porque ese estado afecta su capacidad de responder, y la prueba es una parte conocimiento y otra, estrategia. Y para ese último punto se necesita tomar decisiones rápidas, sin dejar que el estrés les quite tiempo al obligarlos a releer las preguntas», agrega Reyes.

Por esto el especialista recomienda no sólo estudiar con disciplina, sino que también prepararse en el manejo sicológico de la PSU.

Dejar tiempo de ocio

Si frente al facsímil surge la angustia, aquí va una forma de relajarse: «Unir las manos entrecruzando los dedos y ubicarlas en la nuca, llevar la cabeza y el cuerpo hacia atrás ejerciendo presión en sentido contrario con las manos, también da buenos resultados y no ocupa mucho tiempo», dice la psicopedagoga Glenda Durán.

Una vez ya más tranquilo, vale la pena organizar el estudio, poniéndose fechas topes para cada materia y priorizando las asignaturas en las que se está más débil. Las semanas que faltan para el 3 de diciembre aún dan tiempo para aprender con calma.

Un ensayo cada 14 días para chequear avances es suficiente. «Lo importante es identificar las debilidades», señala Durán.

Pero el estudio no puede ser lo único importante. La sicóloga juvenil Viviana Sosman recomienda no dejar de realizar ejercicio, ni menos de preocuparse por actividades propias de la edad, como la fiesta de graduación.

Tampoco es aconsejable cambiar la rutina porque se acerca el día D. Lo mejor es mantener una cantidad de horas de estudio, pero que sean constantes y no estudiar más de tres bloques de 45 minutos o una hora al día. «Luego de cada bloque hay que descansar diez minutos, y hacer movimientos físicos moderados para activarse y continuar», agrega Durán.

Otro dato importante es ajustar las expectativas. «No hay que pensar sólo en obtener 800 puntos, y es aliviador cuando hay distintas alternativas de estudios», explica el sicólogo.

Viviana Sosman también recuerda que muchas veces el estrés puede tener asociada otras variables que es necesario analizar. «Hay jóvenes que en el inconsciente tienen miedo de entrar a la universidad, o de dejar atrás el colegio, y por eso se angustian. Para no sufrir eso tienen que conocerse y analizar qué es lo que les genera estrés».

Y añade: «En ese sentido compartir su preocupación con otros compañeros es muy saludable porque todos están en lo mismo. También es buena idea hablar con amigos y hermanos que ya han pasado por esta etapa».

No olvidar

Si no se conoce una respuesta, lo mejor es seguir avanzando y volver luego, para no angustiarse.

Orden en el escritorio

Un buen ambiente puede hacer la diferencia.

Contar con un lugar cómodo y tranquilo para estudiar es fundamental. Para ello se recomienda alejar del escritorio todos los posibles distractores, como el teléfono y el resto de los elementos que sólo ayudarán a dejar volar la imaginación, como revistas y recuerdos.

Tampoco es aconsejable llevar comida al lugar de estudio, ya que desconcentra, explica la psicopedagoga Glenda Durán.

Además, hay que dejar a mano lápices, destacadores, goma y todo lo que se pueda necesitar para no tener que interrumpir el trabajo.

«Algunos alumnos se relajan con música y les ayuda a estar concentrados. Pero hay muchos que no saben reconocer lo que les produce interferencia e insisten en encender la televisión», agrega la experta, quien también recuerda que estudiar en la mañana puede ser el horario más productivo.

 

Fuente



× Agenda tu hora aquí