Ser Mamá: Un Impulso Para Crecer

Ser Mamá: Un Impulso Para Crecer

La maternidad estimula nuestro crecimiento, porque para cuidar los nuestros necesitamos desarrollar una serie de características. Algunas surgen naturalmente, otras requieren trabajo, sin embargo todas constituyen una tremenda posibilidad de desarrollo para nosotras.

En la aventura de ser mamás, hay un constante dar y recibir; la intimidad que vivimos con nuestro hijos, es una fiesta para el alma; por eso más que ser celebradas creo que necesitamos agradecer todo lo que hemos podido aprender.

Esperar y cuidar de forma activa y delicada

Las mujeres gracias a la maternidad aprendemos a esperar. Ser mamás nos entrena para ser receptivas y activas a la vez. Tiene que ser así, porque llevamos dentro de nosotros un bebé durante nueve meses. Cuidamos a ese pequeño o pequeña que vendrá, estamos alerta a cada movimiento y signo de nuestra guagua, para ello necesitamos estar atentas y conectadas de una manera muy delicada y vital.

La naturaleza es sabia. En el útero de la madre el óvulo espera. No va a ninguna parte. El espermio viaja y lo hace a gran velocidad, tiene que recorrer rápido una gran distancia hasta llegar al óvulo de la mujer, lo hace apurado porque solo uno de tantos será el ganador.

El óvulo femenino mientras tanto, aguarda con gran confianza el espermio que llegará.

El estar receptivo no es sinónimo de pasividad, por el contrario; ¿Qué más productivo que contener y cuidar, para que ocurra la gestación?

Recibir lo nuevo

Cuidar lo nuevo que se anida en nuestro cuerpo implica un esfuerzo y una gratificación, por una parte estamos muy contentas y felices, pero por otra, un poco asustadas con la responsabilidad que implica tener dentro este nuevo ser.

Para dar lugar a un cuerpo distinto al nuestro, es necesario hacerle un espacio, tanto físico como mental. La experiencia de ser mamá es un esfuerzo, requiere aprender a recibir lo nuevo que está creciendo y eso no siempre resulta tan fácil.

 

Estar ahí, conectarse con ellos y observar quiénes son

Si somos mamás necesitamos darnos el tiempo para estar disponibles, mirando, observando a nuestros hijos. Es fundamental estar concentradas en nada más que en eso, darnos el tiempo para prestar atención a cómo los niños y adolescentes juegan, interactúan con los amigos, hermanos, primos -y no una sola vez- sino que muchas. Los niños lo necesitan, lo gritan, a menudo escuchamos “mírame mamá”. Estar conectadas, nos acerca a nuestros hijos. Estar ahí de verdad, para que ellos puedan acercarse y sentirse vistos, enriquece la relación. Implica aprender a observar minuciosamente quiénes son, en qué andan y qué requieren.

 El valor de la contemplación

Las mujeres en general tenemos la costumbre de estar siempre haciendo algo productivo. Se nos olvida simplemente ser y estar. De esta manera formamos hijos del hacer y del tener.

Necesitamos aprovechar los momentos para compartir, contemplar y disfrutar. Cocinar, jardinear, jugar, ir a la plaza, conversar… hacer cosas que nos gusten a nosotros y a nuestros hijos.

Aportarles con vivencias de este tipo, que les permitan experimentar el goce de los pequeños instantes, también los invita a la aventura de las artes, la poesía y el disfrute por la naturaleza.

No hay nada más que hacer… este día estás

Disfruta tranquila mirando un trozo de cielo azul, un pájaro que canta, un paisaje florido, gozando del momento, mirando a tus hijos crecer.

Feliz día a todas las mamás!!!



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