Esta modalidad psicoterapéutica es una herramienta muy eficiente, que se utiliza para diferentes patologías, que se presentan en distintas etapas de la vida. Aquí se privilegia la interacción entre los participantes quienes compartiendo sus distintas y similares problemáticas, se apoyan y enriquecen mutuamente.
En el grupo mediante el liderazgo del terapeuta, se genera un espacio de confianza y contención emocional que fomenta el autoconocimiento: se logran expresar las vivencias y conflictos que surgen tanto de su mundo interno (psicológico), como externo (ambiente).
Se reconocen las fortalezas y debilidades de todos y cada uno y se generan nuevas alternativas para el abordaje de los problemas. Los pacientes se acompañan y comprometen en sus distintos procesos de crecimiento.