El Mercurio – Los riesgos de la exposición online

El Mercurio – Los riesgos de la exposición online

Niños menores utilizando Internet ordenador redes socialesADOLESCENTES Y SUS COMUNIDADES EN INTERNET: 
Los riesgos de la exposición online 

Comunidades virtuales como YouTube, MySpace o Fotolog cambiaron las formas de hacer amistades.
Por JUAN LUIS SALINAS T.

En abril, Marcela (16) decidió innovar en su fotolog. Aconsejada por una amiga subió a su espacio virtual un retrato donde aparecía con una polera muy escotada, jeans a la cadera, un maquillaje recargado para lucir mayor y una actitud provocativa. Una imagen diferente a las que la adolescente había subido durante los siete meses que llevaba con su sitio en la red, en las que siempre salía sonriente, con su uniforme en el colegio o en actividades familiares. Los primeros posts (comentarios) de sus pocas amigas la felicitaban y le decían que se veía bonita, pero a la semana comenzaron a aparecer decenas de frases anónimas muy ofensivas. Desde «guatona fea y ridícula», hasta «miren cómo la mosca muerta ahora se hace la fácil». Sin contar que la acusaron de ofrecerse a sus compañeros de curso.

La alumna de tercero medio fue borrando los posts más ofensivos, pero las desacreditaciones se multiplicaron y subieron el nivel de ataque. Marcela, que ya cargaba con serios problemas de autoestima, cayó en una enorme depresión. «Ella todavía no se explica por qué su foto desató comentarios tan violentos y cómo fue vista por tanta gente. Para Marcela el fotolog representaba un espacio donde podía divertirse y estaba encantada con la idea de conocer más gente a través de Internet. Siempre había tenido una personalidad muy retraída y le resultaba difícil interactuar y hacer amigos en forma directa. Ella se dejó llevar por un impulso y pensó que la foto iba a ser del gusto de todos», comenta la siquiatra infantil Daniela Camponovo, que trató la crisis de la estudiante.

Hoy la mayoría de los adolescentes arman su vida social en torno a las comunidades virtuales que existen en Internet. Un estudio de la Universidad Central reportó que los adolescentes chilenos lideran el número de registros en fotologs a nivel mundial y según los operadores de MySpace –el espacio top para hacer amistades– el 40 por ciento de sus usuarios no sobrepasan los quince años, aunque en teoría se prohibe la participación de menores de 13.

Según Daniela Camponovo, eso se debe a que la web cambió el estilo de comunicación de los jóvenes. «La adolescencia es una etapa de cambios complejos, donde la vida social adquiere una especial relevancia. Se está en búsqueda de una personalidad propia y se quiere ser original. Como necesitan ser aceptados y reconocidos, los espacios en línea se convierten en la mejor plataforma para estos propósitos. Si antes el chat ampliaba su contacto con el mundo, ahora instancias como los fotolog, MySpace o YouTube les proporcionan una gran ventana para hacer más interesante su vida, exponiendo su intimidad con algunas imágenes de su vida cotidiana. Eso les resulta más atractivo que sólo intercambiar frases y textos con amigos o desconocidos».

Para María de los Ángeles Álvarez, sicóloga de Lado Humano, empresa de investigación que trabaja con adolescentes, ya no se pueden analizar las nuevas formas de sociabilizar de los niños y jóvenes sin abordar la influencia de estas plataformas virtuales. Asegura que los adolescentes de hoy tienen otra manera de mirar al mundo, porque han crecido al ritmo del avance tecnológico. Una de las características de esta generación es la de no temer mostrar y compartir detalles de su vida personal – a través de fotos, comentarios, videos- en la Web, a la que recurren para casi todo.

«Este nuevo sistema de comunicación les permite ser más extrovertidos. Antes el diario de vida era privado y era impensable que alguien pudiera leerlo. Ahora en cambio, con los fotologs, los adolescentes incluso suben fotos de partes de su cuerpo sin complejos. Ellos tampoco temen interactuar con personas que tal vez nunca lleguen a conocer. Los adultos lo podemos ver como algo espantoso, pero ellos no tienen conciencia del riesgo, sólo quieren expresarse, estar en todas y no perderse nada».

Según la siquiatra Camponovo, el problema es que muchas veces los adolescentes actúan en forma impulsiva. «Pese a sus conocimientos del mundo virtual, son niños, y por lo general no son capaces de prever las peligros de esa exposición. Consecuencias que pueden ir desde que un tipo mayor los contacte hasta que sus propios pares no los entiendan, y se burlen de las imágenes que subieron. Lo grave es que cuando viene esta oleada negativa, no pueden controlar la situación y en casos como el de Marcela, el daño que se produce es muy fuerte», comenta.

La socióloga Alejandra Ramm, de la Universidad Diego Portales, agrega: «Con estos nuevos espacios es imposible hacerle el quite a la humillación. Si antes salías corriendo del colegio para evitar los golpes o las bromas de los atacantes, ahora tienes la desgracia de que los comentarios mal intencionados, las amenazas y los insultos te persiguen. Están en la web, que es como una enorme pizarra y aunque no lo quieras todos tienen acceso a ese espacio».

Las dos caras de la medalla

Aunque a muchos padres les preocupa la sobreexposición de sus hijos en Internet, los especialistas se niegan a hablar de exhibicionismo. «Sitios como MySpace o los diarios de vida visuales que pueden armar en los fotologs, no pueden tomarse como una forma de exhibicionismo adolescente. Hoy las comunidades virtuales son parte de su rutina normal, una suerte de plaza online. Eso tiene sus beneficios y problemas. Es bueno porque ayuda a sociabilizar a muchos niños a los que les cuesta hacer amistades, y les abre el mundo para que encuentren gente con sus mismos intereses. Además los ayuda a realizar cosas que no se atreverían a hacer o decir cara a cara en un contexto real», asegura Christian Berger, sicólogo de la Universidad Alberto Hurtado.

El experto igual considera que hay que estar atentos a ciertos riesgos que están más relacionados con situaciones personales no resueltas, que con la influencia de la web en sí. «Por definición, la mayoría tiene un pensamiento egocéntrico, se siente omnipotente. En ese contexto, existe el riesgo de que por la web ellos se involucren en relaciones – no necesariamente románticas- que no pueden de procesar emocional e intelectualmente. No pueden conversar sobre esa relación, no pueden verla en más detalle».

Pese a que en su consulta las historias de insultos virtuales aparecen periódicamente, Daniela Camponovo concuerda. Cree que los riesgos tienen más que ver con las dificultades que puede estar enfrentando el adolescente de manera general. «La web no es un peligro, porque es una herramienta fundamental para que los niños puedan ampliar sus conocimientos y sus lazos sociales. De hecho, he revisado muchos de estos sitios y he visto cómo pueden publicar desde sus poemas hasta trabajos artísticos muy interesantes y consiguen comentarios (posteos) de sus amigos muy simpáticos. Todo pasa por su personalidad, especialmente entre los adolescentes que son más frágiles y susceptibles a las críticas».

La mejor prueba de esto, concluye la socióloga Alejandra Ramm, es que en sus 20 años de existencia, «ningún estudio ha demostrado que la variable Internet por sí sola sea la causa de efectos o conductas agresivas».

Libertad vigilada

Los especialistas piensan que la mejor forma de evitar estos conflictos depende de la familia. La sicóloga experta en terapias adolescentes, Viviana Sosman, cree que la solución pasa porque los padres se integren a este mundo sin censurarlos. «Hay que enseñarles a mostrarse con la mayor honestidad posible y hacerles entender que no todo lo que sucede en el mundo virtual es cierto. Creo que en este espacio existen dos tipos de adolescentes, el creador y el destructivo, y ambos habitan dentro de la misma persona. La idea es que los padres entreguen las herramientas para que la parte creativa se imponga, sin quitarles la libertad de que sean dueños de su mundo».

Alejandra Ramm agrega que los padres no pueden cerrar los ojos ante la nueva realidad de los adolescentes. «No pasa por controlar o limitar el uso del computador, porque los niños igual se las arreglan para conectarse. Su deber es conocer estos nuevos sistemas de comunicación, comprender cómo funcionan y hasta qué punto los obliga a exponerse. Tienen que entender que hay muchos amigos de sus hijos que jamás van a conocer. También hay que enseñarles a actuar ante los extraños, que conocen online, con la misma cautela que deben tener con cualquier desconocido en la calle o en una fiesta».

La siquiatra Daniela Camponovo dice que los padres que conocen bien a sus hijos pueden detectar con facilidad cuándo están incurriendo en conductas que pueden ser riesgosas. «Los padres tienen que estar cerca sin ser invasivos. No creer que la simple solución de sacar el computador del dormitorio para evitar que estén a solas frente a la pantalla, los mantendrá a salvo».

Matonaje virtual

Las amenazas y las conductas violentas como el bullying (agresión entre escolares) ya se adaptaron a estas nuevas plataformas de comunicación. Hace unas semanas el periódico canadiense «The Globe and Mail» reportó que en YouTube se pueden encontrar más de 3.000 videos con peleas de jóvenes. Chile aporta varios rounds escolares a este catálogo, entre los que destacan las filmaciones de estudiantes de Punta Arenas que combaten a patadas frente a sus colegios.

Según el sicólogo de la Universidad Alberto Hurtado, Christian Berger, el matonaje virtual cada vez está ganando más adeptos. «Actos como el bullying requieren de audiencia para que resulten, y qué mejor vitrina que estos espacios donde puedes colgar un video que daña a otro o hacer comentarios descalificativos sobre el dueño de un fotolog, en forma supuestamente anónima, porque la gente que rodea a la víctima siempre sabe quien lo hizo. En el fondo es un nuevo formato y una versión más actualizada y anónima de la violencia que hace rato ya está instalada en los colegios».

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