
La PSU forma parte de un rito para muchos y la manera en que cada joven vive esta experiencia es muy importante. Es normal que la ansiedad y el nerviosismo se hagan presentes en estas últimas semanas, pero hay que cuidar que estas sensaciones no influyan negativamente en el rendimiento.
A pocos días de la prueba, conversaba con un paciente a quien llamaré Javier.
– Javier: Estoy muy nervioso, siento que he estudiado ene. En matemáticas me siento súper, pero en lenguaje me nublo. Tengo miedo de que los nervios me jueguen una mala pasada. Mis papás quieren que me vaya bien, obvio, pero temo defraudarlos.
– Psicóloga: Creo que es importante que logres centrarte en lo que sí sabes. Tú tienes confianza respecto de tus conocimientos para matemáticas y es bueno potenciar esa sensación. Respecto de verbal, imagino que hay ítems que manejas mejor y dado lo encima que está la prueba, pienso que es conveniente que te concentres en ellos y no en lo que no que dominas.
– Javier: Sí, pero igual me da cosa con mis viejos, ellos esperan que me vaya bien en todo.
– Psicóloga: La prueba y la experiencia es tuya, las expectativas de los papás son de ellos. Ahora bien, quizás sería bueno comentarles a tus papás esta situación para que tanto tú como ellos tengan expectativas más realistas de tu rendimiento.
– Javier: Sí, podría ser lo mejor, no lo había pensado.
A veces una simple conversación puede ayudarnos a poner las cosas en perspectiva. Conocer nuestras fortalezas y debilidades son fundamentales para controlar nuestros nervios y sentir mayor seguridad. Así como mantener expectativas realistas y propias. A continuación les comentaré algunos tips que pueden ayudarlos a calmar la ansiedad pre-PSU:
– Cuidar el cuerpo y la mente estas últimas semanas. Si bien se viene un fin de semana largo, el exceso de fiestas, de consumo de alcohol y la falta de sueño seguro afectarán el rendimiento, por eso durante este fin de semana es fundamental evitar mucho carrete.
– Sin duda hay que mantenerse activos y estudiando pero ¡ojo! no al punto de llegar cansados a la prueba. Algunos jóvenes prefieren repasar hasta el último momento, otros siente que saben lo que saben y el repaso los pone nerviosos. Cada estilo es respetable, los papás no deben meterse, es importante dejar que el adolescente decida.
– Tener claridad sobre las fortalezas y debilidades ayuda a sentir mayor confianza y seguridad, y a esperar un resultado más realista. Seguro que para una de las pruebas te sientes mejor preparado que para otra ¡Potencia eso! Al igual que el conocimiento que manejas en las que estás más débil. ¡Ojo! Aquí los papás pueden ayudar a motivar y dar confianza en lo que el hijo sí maneja y no enfocarse en lo que se debió haber hecho respecto de un área más deficiente. No es el momento para eso.
– Ésta no es la única forma de alcanzar los sueños o metas estudiantiles.Es un paso importante, SÍ, pero la vida tiene muchas vueltas y posibilidades, ésta es una.
– No dejar para último momento la logística de lo que se hará y llevará el día de la prueba, dejar las cosas listas días antes y hacer un consciente reconocimiento de sala, permite relajarse y sentirse en control.
Levantarse con tiempo y tomar un desayuno energético (así como llevar un snack con aporte de azúcar por si nos sentimos sin fuerzas o fatigados), ayuda a maximizar el rendimiento. Además hacer ejercicios de respiración o relajación la noche anterior y/o la mañana siguiente, ayuda a calmar los nervios.