A partir de los 11-12 años, nuestros hijos comienzan un largo y maravilloso tránsito hacia la adolescencia. Están creciendo, sus necesidades cambian y su comportamiento, a ratos, nos extraña. Nuestras habilidades parentales requieren transformación.

Nuestros hijos están cambiando, y nuestro rol como padres también tiene que evolucionar. Aquí les dejo algunas ideas para tener en cuenta.

Motívalos a tomar decisiones:

En esta edad, es fundamental que nuestros hijos sientan que empiezan a tomar el control sobre su vida. Como padres, tenemos que ayudarlos a irse haciendo responsables de sus anhelos, sueños y el trabajo que eso implica. A través del diálogo cotidiano, la paciencia y la empatía, podemos conversar y facilitar lo que necesitan para lograr sus metas. Por ejemplo, incentivar pequeños emprendimientos, participar en acción social y realizar actividades deportivas.

Llega a acuerdos

Durante la adolescencia, nuestros hijos se sienten mucho más independientes, y quieren ganar autonomía, pero aún necesitan nuestro apoyo y guía. Al llegar a acuerdos, es importante disponernos a dialogar, dándoles razones y escuchando sus opiniones al respecto.

Incentiva el autocuidado

Los sermones están obsoletos. Incentivar el cuidado de sí mismos y sus pares motiva a que los adolescentes valoren los límites y dejen de verlos como restricciones arbitrarias. Más bien, entenderán que son medidas en pro de ellos mismos.

Crea un espacio seguro para las conversaciones difíciles

A veces, puede ocurrir que las conversaciones casuales se conviertan en diálogos más profundos. Es necesario cuidar que ocurran en un espacio de intimidad en el que se sientan seguros para abrirse emocionalmente, hacer preguntas, y sientan nuestra apertura para lo que ellos necesiten, sean dudas, aciertos o errores. Por ejemplo, en temas de sexualidad, alcohol o la relación con los amigos.

Espero que estas ideas les sean útiles, ya saben donde encontrarme,

Viviana.