
La vocación de psicología: Entrevista a una psicóloga chilena
Este artículo tiene la finalidad de explorar una de las ramas de las ciencias sociales como profesión: la psicología. Por eso hablamos con una psicóloga chilena, Viviana Sosman, miembro de la APPR, Chile, Asociación de Psicoanálisis y Psicoterapia Relacional de Chile y miembro adherente de APSAN, Asociación Psicoanalítica de Santiago.
Esperamos que sea de ayuda para quienes están considerando seguir esta carrera.

¿Qué te llevó a ser psicóloga?
Siempre me interesó el funcionamiento de la mente humana, tenía curiosidad y quería entender cómo funcionaban las personas. ¿Cómo sienten? ¿Cómo piensan? ¿Cómo interactúan? ¿Qué las lleva a pensar, actuar, decidir o sentir algo?
¿Por qué las personas funcionamos de maneras tan diversas? Son algunas de las preguntas que me planteaba, por eso quise seguir este camino.
Además, pensé que tener una profesión desde la que pudiera aportar a la vida de otros es un regalo. Una oportunidad de hacer del mundo un lugar mejor, porque siento que a eso vinimos. Eso me parece muy importante. Y también, es una manera de devolver lo que otros psicólogos hicieron por mí en mi adolescencia.
¿Cuáles son los desafíos de esta profesión?
Son múltiples y diversos. Te comentaré algunos. Por ejemplo, puede ocurrir que cuando alguien consulta y está muy deprimido o angustiado, en primera instancia no sepas con claridad cómo intervenir para que el paciente se sienta comprendido. Esto es porque aún no lo conoces mucho. Aunque tengas la experiencia y la certeza de que esa persona va a mejorar, y le ayudarás a encontrar las herramientas para salir adelante, aún no sabes cómo y eso puede generar incertidumbre en las primeras etapas.
Esta profesión requiere de mucha creatividad, y es necesario tener presente que existe cierto misterio, ya que cada persona funciona de manera distinta. Es fundamental mantener una actitud de esperanza creativa.
Una psicóloga clínica necesita que su mente y emociones estén en equilibrio. El trabajo del psicólogo requiere ser capaz de implicarse con el otro, y conservar una disposición abierta y una distancia suficiente para pensar para tu paciente. Pero, al mismo tiempo, monitorear tus propias emociones.
A veces sales de la consulta un poco cargado, mental y/o emocionalmente, pero es parte de lo que haces. Es necesario saber administrar cierta carga emocional, porque tu mente, cuerpo y capacidad de elaboración de los sentimientos, son los recursos más valiosos de los que dispones.
Es importante sentirse acompañado, aunque este trabajo tiene un componente solitario. Por eso es fundamental asistir a congresos, encuentros, supervisar casos con otros colegas, mantenerse estudiando y ser parte de una comunidad de psicólogos. Yo personalmente pertenezco a APPR. Chile. y APSAN.
¿Cuál es la riqueza de esta profesión?
Poder ayudar a la gente e influir en su bienestar emocional. Otorgarles recursos emocionales para mejorar su calidad de vida, y en el caso de adolescentes, ayudarlos a que tomen decisiones de manera más equilibrada. Me ha tocado acompañar a muchos pacientes que están en momentos vitales de sus vidas. Es un muy gratificante aportar y entregar herramientas para eso.
¿Cómo crees que debe ser el perfil de un buen psicólogo?
Alguien que se haya trabajado a sí mismo, que pueda tener una empatía importante no solo desde la teoría sino de la vivencia, una persona que ha explorado distintas áreas de sí mismo, para empatizar y entender al otro de verdad.
Es necesario siempre tener presente que tienes un ser humano que sufre frente a tí, independiente de cuál sea el diagnóstico. No hay que perder la perspectiva de eso.
Un buen psicólogo, para mí, es una persona empática con capacidad de contención y con sensibilidad humana, que sea estudioso, riguroso, se mantenga en constante revisión de sí mismo y las nuevas teorías teóricas y herramientas clínicas.
¿Cómo sientes que la tecnología ha afectado la profesión de la psicología? Cambios positivos y negativos.
Después de la pandemia, la sesión virtual se convirtió en una herramienta universal. Esto me permite ver pacientes presenciales o en línea, lo que ayuda bastante en los casos en que las personas no pueden venir a la consulta.
Por otro lado, creo que la tecnología ayuda a que los pacientes estén informados y entiendan mucho más sobre sus problemáticas. Hoy las personas están más dispuestas a investigar y hay más cultura psicoterapéutica.
Además, creo que la tecnología ha expandido ayuda a múltiples técnicas psicoterapéuticas. De a poco he ido incorporando elementos tecnológicos a mi práctica como psicóloga.
¿Tienes más dudas sobre la profesión? Déjanos un comentario y podemos seleccionar algunos para una segunda parte de esta entrevista.
Si buscas ir a psicoterapia, Viviana Sosman como psicóloga chilena puede atenderte en el siguiente link.