Hay días en que nuestros problemas se sienten muy grandes. 

Hay días en que nos cuesta salir de la cama. 

Hay días que se sienten nublados, aunque no lo estén. 

Un día difícil no es señal de depresión, pero por lo mismo te quiero hablar de las señales de esta enfermedad.

Un mal día

Es normal tener cambios de ánimo. A las mujeres se nos hace tangible desde el punto de vista biológico, porque tenemos diferentes etapas en nuestro ciclo hormonal. Por otro lado, tanto hombres como mujeres tienen una presión inherente con el ambiente laboral, y el estrés puede afectarlos de manera seria. 

Hay períodos, incentivados por factores internos o externos, que nos pueden empujar hacia un ánimo más sombrío. 

Entre los factores biológicos, podrían presentarse cambios hormonales, alguna enfermedad incipiente, o un día con menores defensas físicas (estar más débil). También están los factores externos que son todos aquellos obstáculos que la vida nos presenta, como una complicación en el trabajo o un problema en nuestras relaciones.

Tener un mal día y querer descansar, sin concentrarse en los deberes y responsabilidades, es normal. Esto es preocupante cuando se transforma en un estado de ánimo frecuente, o con muchas fluctuaciones que no nos permiten hacernos cargo de responsabilidades relevantes: las tareas laborales, el cuidado de los hijos, el mantenimiento de la casa o el autocuidado. 

Buscar Ayuda de una Psicóloga Clínica

Si sientes que estás frágil o inestable emocionalmente. Si sientes que las emociones te sobrepasan. Si no tienes energía o no eres productivo, es hora de buscar ayuda.

Esto puede deberse a un evento específico que lo haya desencadenado, como la pérdida de un ser querido o una situación de fracaso. También puede ser una predisposición pesimista  ante los acontecimientos cotidianos. O un nivel muy alto de autoexigencia.

Hay personas a quienes les cuesta más lidiar con distintas problemáticas. Se abruman y sienten que no tienen herramientas.   

Una psicóloga clínica es capaz de poner distancia ante los hechos y diagnosticar si lo que está sucediendo es algo meramente situacional o es parte de un problema mayor. También te puede ayudar a entender mejor los procesos y las emociones que atraviesas. 

¿Cuál podría ser un “pensamiento depresivo”?

Te voy a contar algunos de los sentimientos que han expresado mis pacientes, para que puedas identificar si tus pensamientos se escapan hacia lugares similares.

• ”Me cuesta levantarme, no tengo ánimo”
• » Tengo pocas energías «
• «Lloro de nada, todo se me hace pesado»
• “Estoy como agotado/a, me resulta un esfuerzo arreglarme.”
• ”Estoy muy irritable”.
• “Los pequeños detalles y quehaceres de la vida se me hacen difíciles”.
• “No tengo energías para cuidar a mis hijos”.
• “Siento que he fracasado”.
• “Me cuesta mucho concentrarme”.
• “ Siento culpa por todo”.
• “Me quiero morir ya no aguanto más”.

Como puedes ver, el tono varía desde el cansancio de la vida cotidiana hasta pensamientos de ideación  suicida. Lo importante es poder detectar una depresión en las primeras etapas, y evitar que evolucione a estados más extremos.

Es fundamental entender que esta es una enfermedad,  que provoca mucho sufrimiento. Por eso necesita tratamiento, y con una psicoterapia adecuada (y fármacos si es necesario), las personas mejoran. No tiene que ver con la “voluntad”, aunque muchos pacientes han expresado culpa por padecerla. Existe evidencia científica  que, con la ayuda correcta, las personas  salen  adelante. Yo tengo muchos casos de pacientes que llegaron muy deprimidos y luego del tratamiento mejoraron sus vidas de manera significativa.

Si quieres dar el primer paso con una psicóloga clínica, agenda una sesión conmigo en este link.